viernes, 14 de mayo de 2010

La sala

Que la comida esté buena, que el producto sea de primera, que el cocinero conozca las técnicas de cocción, que esté bien decorado, que la guarnición esté fresca... todo eso es muy importante, pero si el camarero que nos lo sirve lo hace de mala gana, no le gusta su trabajo, no tiene vocación de servir, que no de servilismo...
No hay buen plato sin buen servicio.
He aquí una muestra.