La mayoría de compañeros que he podido encontrar a lo largo de estos años, son ya como 10, por las cocinas, han sido escoria subhumana y siguen siéndolo claro está. Además es muy curioso, que el grado de subnormalidad de estos tipos es crecientemente proporcional al nivel de profesionalidad que se vende en el establecimiento donde desenpeñan sus gilipolleces.
Ahora me gustaría describir lo que yo considero "escoria subhumana de la hostelería":
- Nivel cultural ni se aprecia, ni se avista por ningún lado. Es increíble que alguno de ellos sea capaz de interpretar comandas, escribir y no digamos si son capaces de interpretar una receta.
- La mayoría no ha salido de su pueblo, mi más humilde respeto a las gentes de zonas rurales, pero se creen Willy Fogg.
- No saben hablar correctamente su idioma, pues no digamos algún otro que no sea el suyo propio materno.
- Creen poseer un cierto aire de glamour que tan sólo ellos perciben.
- Son incapaces de mantener una conversación de nivel cultural de parvularios, sólo saben hablar de culos, tetas,....
- La prepotencia les emana de todos los poros de su piel, pero se queda en eso, pre.
- Cómo decía Alaska: "La envidia les corroe, mi vida les agobia"
- Se alian entre grupitos de machitos donde no hay cabida para hombres y mujeres, que sueltan un cierto tufo a mariconas añejas.
- Obviamente todos son drogadictos compulsivos, de una u otra substancia o de todas, lo mismo da, pero es lo que llevan con más responsabilidad.
- No respetan a sus compañeros que no les siguen en su intoxicación, haciéndoles creer que no son "guays".
Podría seguir, pero por hoy ya esta bien. Entre grupos de estos es donde una persona que ama su profesión se tiene que ver envuelta y encima aguantarlo, ya que algunos poseen cargos superiores y en la hostelería la jerarquía es "sagrada".
Son esclavos de la droga y de la paranoia que tienen en su cabeza, y os digo una cosa muy sinceramente, no me dan pena, sólo me dan asco, y os aseguro que en la alta hostelería abundan, cada vez más, porque nadie les pone freno.
Por supuesto, también encuentras gente con todas sus neuronas sanas y con la que da gusto compartir las 14 o 16 horas diarias de trabajo que tu cuerpo tiene que aguantar. Creo que ellos ya saben a quién me refiero.
Seguiremos dando recetas. Besos.